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SOBRE EL PROYECTO


 

EL RETRATO FOTOGRÁFICO

Desde muy pequeño me gustó mirar a la gente, pero pronto descubrí que los adultos podían sentirse bastante incómodos si se les miraba fijamente. A los diez años recibí como regalo de comunión una cámara fotográfica con la que descubrí que gracias a las imágenes impresas podía observar el mundo de los adultos tan fijamente como quisiera. Aquello no solo no les molestaba sino que parecían sentirse incluso halagados ante mis peticiones para posar ante mi cámara. Sin darme cuenta me había convertido en un fotógrafo de retrato. Desde entonces miles de personas ha desfilado por mi objetivo.

EL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO

En este caso he optado por un retrato absolutamente despersonalizador. Una iluminación plana, un fondo común y un encuadre ceñido a los ojos, la nariz y la boca eliminan de la imagen los elementos reconocibles de la persona como el pelo o la ropa, dejando únicamente una expresión lo suficientemente neutra como para permitir la observación de la evolución de un rostro que inevitablemente tiene algo en común con todos los demás. El Bonillo es un pueblo que ha sufrido fuertemente la emigración pero en proporciones mínimas la inmigración. Es una tendencia que en los últimos años se está invirtiendo pero aún así existe una inmensa mayoría de población residente que es original del término municipal. ¿Se refleja este pasado común en elementos comunes en el rostro? Esta es la principal pregunta a la que el proyecto pretende dar respuesta.

LAS RAÍCES

El proyecto es un viaje a mis propias raíces. Es una investigación del entorno que ha generado, que ha pulido lo que soy. Habiendo nacido en El Bonillo, a la edad de 14 años me marché a estudiar a la capital, Albacete, regresando a partir de entonces únicamente de forma intermintente. Mi partida en plena adolescencia se transformó casi en huida  potenciada por los sueños de ambición adolescente. No quería vivir en un pueblo, quería conocer el mundo. Después de viajar de forma sistemática por todo el planeta he comprendido la inutilidad de pretender conocer «el mundo», que lo máximo que puedo aspirar es probablemente a conocer «mi mundo» Haz click sobre el logo para ver las imágenes ya realizadas

1A1 EL BONILLO por Carlos Escolástico
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