Ultravioleta: Solamente una mínima parte del espectro lumínico es visible para el ojo humano. La luz es una onda que vibra en diversas frecuencias, y solo cuando lo hace en una longitud de onda muy concreta resulta visible para el ojo humano. Cuando la frecuencia es más baja o más alta ya no puede ser percibida por el ojo aunque, como está más que demostrado hoy en día gracias al avasallador avance científico, otros espectros lumínicos no solo existen sino que son una parte mucho más grande comparativamente hablando que la que sí vemos.

 

Lo que vemos es una mínima parte de lo que hay.

 

 

ULTRAVIOLETA por Carlos Escolástico

Si fuésemos capaces de percibir un escaso 1% más veríamos nuestro entorno radicalmente diferente, los colores cambiarían y aparecerían detalles invisibles hasta el momento. Y así andamos por la vida, creyendo que lo que vemos es lo único que hay, creyendo que la vida es esto y nada más, pero basta recurrir a la oscuridad y conectar una lámpara ultaravioleta para descubrir un inquietante mundo paralelo.

La reminiscencia a la muerte es inevitable al observar estas imágenes. ¿Hay algo más allá de lo que llamamos vida? ¿Hay otras vidas conviviendo con nosotros invisibles a nuestro ojo y nuestros avanzados sistemas de detección?

 

Los modelos de esta serie quedaban seriamente impactados al descubrir algo así como “otro yo” flotando sobre el primero en las fotografías. Igual pero distinto. Como una segunda piel flotando sobre la primera. Un segundo yo conviviendo, de forma paralela con el primero. Si quisiéramos podríamos seguir añadiendo capas mediante distintas técnicas lumínicas pero nunca llegaríamos a la respuesta que estamos buscando. ¿Qué hay más allá de lo que podemos ver?

 

 

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